miércoles, 7 de enero de 2009
Carta de Santi Ludueña.
"Anonimo" Dijo...
Yo tengo mala onda por decir la verdad... ¿y vos, hasta cuando vas a ser "anónimo"?....
Seria bueno dejar de defender a los perros y empezar a defender a la gente...
Aca va una de las tantas notas publicadas en el diario LA VOZ DEL INTERIOR respecto al peligro de los perros.
Más perros, más ataques y heridas más graves, el hospital de Urgencias atendió 481 lesionados y en el caso de los Niños ya es una patología. La venta de canes guardianes sigue en alza.
Las cifras de las lesiones ocasionadas por perros son contundentes, y marcan un crecimiento casi en espiral. En 2007, tan sólo el Hospital de Urgencias atendió a 356 adultos mordidos por canes. El año pasado el número trepó a 481, es decir un 25 por ciento más. Y a la primera semana del corriente mes de enero ya llevaban atendidos allí 31 casos. "No hay duda de que estos accidentes crecen cada año", reconoce el cirujano plástico Oscar Procickiewicz. Vale aclarar que, para que una persona sea tratada en un hospital, la herida debe haber sido severa. No precisamente un rasguño, o un tajo que se pueda curar con una venda casera. Otro tanto se puede decir del Hospital de Niños. El centro ubicado en la bajada Pucará, también en la ciudad de Córdoba, no dispone de estadísticas, pero los especialistas tienen la certeza de que un chico mordido ya es un cuadro corriente. "A cada rato llega uno agredido por un pit bull", comenta una enfermera. "En estos dos años se ha acentuado la gravedad de las lesiones", especifica el jefe de Cirugía Plástica, José Navarro. Hace seis años que el doctor Navarro reviste en ese servicio, y le impresiona la tendencia manifestada en los últimos dos años. Las heridas son más graves y profundas porque son producidas por ejemplares grandes y de instintos -a menudo- feroces. Aunque están en un ámbito doméstico, poco tienen que ver con la mascota tradicional. Hay más canes. Al analizar la casuística, los doctores Procickiewicz y Navarro coinciden en tres aspectos fundamentales. "El primero -dicen- es la cantidad. Hay más lesiones producidas por un can porque cada vez hay más canes". El otro punto de coincidencia es en torno a las razas de los perros que atacan: "Las historias clínicas no lo especifican, pero la mayoría de los casos se producen con ejemplares de ovejeros, dogos, pit bull, rottweiler y dobermann". El tercer dato que aportan ambos profesionales es que los episodios, generalmente, se producen en el ámbito familiar: "Los ataques de jaurías son excepcionales. En general, el ataque es de un perro solo. Según los criadores especializados, un 90 por ciento de los casos ocurre en la esfera familiar". Niños chicos. Con respecto a la población infantil, "la franja más vulnerable es la comprendida entre los 4 y los 8 ó 10 años -puntualiza el doctor Navarro-. Es la edad en que el niño es físicamente pequeño pero apto para el juego, y proclive a interactuar con un animal". Las zonas más afectadas resultan la cara y el cuello. Por fortuna, escasean los percances de esta índole con bebés y niños más chicos. "No es que las razas grandes sean ‘malas´ por naturaleza, sino que obviamente hay una desproporción en el volumen y la fuerza corporal, lo cual aumenta la indefensión de la criatura", acota el profesional. No baja la venta. El tema de los perros se ha vuelto candente, en Argentina y toda Latinoamérica. Cuanto más pobre el país y más insegura su sociedad, hay más ataques de animales que tienen dueño y domicilio fijo. Sin embargo, ninguna mala noticia parece afectar el mercado de los llamados "molosos", que son adquiridos para cuidar la propiedad y a sus ocupantes. Para el entrenador Hugo Moro (53), esto obedece a que el grueso de la gente sigue entreviendo que "el perro es menos dañino que una pistola" (ver Un animal no es...). Al menos en Córdoba, y según sus cálculos, la cifra global de venta de esos perros puede alcanzar los mil ejemplares por año. "Sólo el 30 por ciento de la plaza corresponde a ejemplares con papeles", aclara. "Se venden entre 40 y 50 rottweiler de pedigrí por mes, pero hay más demanda de otras razas", asegura. El veterano criador de Poeta Lugones alude a ovejeros, dogos, pit bulls, bull dogs e incluso mastines, cuya popularidad dista de disminuir. Luego de responsabilizar a los seres humanos y pensantes, por "hechos que generalmente obedecen a la falta de crianza adecuada", Hugo Moro admite que un rottweiler con papeles cuesta unos 800 pesos. Aún comprados a menor precio y en el mercado informal, estos canes no son económicos. Su mantenimiento es elevado, ya que llegan a pesar 70 kilos y deben estar bien alimentados y vacunados. "Un bull dog inglés, un bull mastiff (mastín) o un dogo de Burdeos pueden costar tranquilamente entre 1.500 y 2.500 pesos", añade. Hay muchas personas que pagan ese precio, y no sólo en las clases altas, a cambio de un trofeo que puede traer dolores de cabeza y que no garantiza seguridad y tranquilidad si el dueño no se ha preocupado por educarlo, quererlo y contenerlo.