Efraín Wacht tiene 91 años y acaba de consagrarse campeón mundial en la categoría cross country del Mundial de Atletas Veteranos que se disputa en Finalandia. Luego de sortear ocho kilómetros de montaña, al final de la prueba se dio el gusto que colgarse una medalla que lo consagra como el mejor del mundo en esa especialidad. El rosarino de nacimiento pero tucumano por adopción, está inscripto para otras diez pruebas: siete carreras y dos de salto, contó qué significa estar en la alta competición y cuál es la clave para mantenerse tan vital. Durante gran parte de su vida comenzó a jugar al ajedrez y se ufana de haberle ganado un partido a Alejandro Alekine. "Pero cuando se llega al alto nivel hay que estudiar muchísimo y yo que trabajo muchas horas diarias, no tenía tiempo de estudiar tanto. Como no tenía mucho tiempo y se me ocurrió algo más movidito como el atletismo", dijo con soltura. Contador de profesión, trabajó durante 40 años en el Banco Nación y dijo que haber logrado una medalla en Finlandia lejos está de ser la meta de su vida. "Yo quiero ser mutualista, contador y corredor hasta los 100 años", remató. Ese ritmo que le pone a su vida ya le había dado satisfacciones deportivas en Puerto Rico, cuando se consagró campeón mundial en la categoría "85 años", en Puerto Rico. "En ese momento hice 1 hora 22 minutos. Después en el Mundial del País Vasco hice una hora 35 minutos", recordó. El nuevo campeón mundial contó: "Entreno muchas menos horas de las que necesito porque trabajo como contador. Soy contador independiente, trabajo con la parte impositiva". Tiene tres hijos y ocho nietos y espera "llegar a conocer" a sus bisnietos, reflexiona el hombre que quiere correr y trabajar hasta los 100. Pero la vitalidad de Efraín también está apoyada en la vida serena que lleva con Miriam, su esposa desde "hace 120 años: 60 ella y 60 yo", dice con su humor. Efraín y a Miriam, sostuvieron un diálogo lleno de emoción: "Cuando nos casamos, él tenía 28 y yo casi 24 años", contó Miriam y dijo estar contenta porque su esposo está haciendo algo que a él le encanta. "Gracias a Dios que la mente le ayuda y que continuamente tiene ganas de hacer cosas. No tiene pereza, y este último mes lo venía a buscar un amigo para entrenarse todos los días", dijo la orgullosa esposa de Efraín, aunque confesó que lo extraña mucho.Después de contar pequeñas anécdotas de la vida conyugal ambos se saludaron al aire: - "Hola Novia", le dijo él. - "Hola Papi", le respondió su esposa.Luego, ella le deseó suerte y le dijo que "volviera sanito y bien".
